A los once años ya manifestaba su entusiasmo por la arquitectura y el dibujo, y a los diecisiete, se traslada a Barcelona para entrar en la escuela de Arquitectura. De su personalidad podemos destacar la religiosidad y el escaso interés que demostró por la sexualidad. Sólo se conoce el nombre de una mujer de la que estuvo enamorado, Pepita Moreu, que rechazó la mano de Gaudí. Podríamos asegurar que el trabajo llenó su vida por completo.
El Modernismo y Gaudí
Su actividad profesional se desarrolló en Barcelona, que a finales del s. XIX vivía un momento de auge económico debido al florecimiento de la industria y el comercio. La nueva burguesía enriquecida fue la gran mecenas del modernismo, movimiento artístico europeo de finales del s. XIX, que en España, como en el resto de Europa, tomó unos tintes originales propios y creó la necesidad de renovación.
Gaudí partió de un medio artístico local unido a las características delmodernismo y delArt Nouveau e intentó superar estas tendencias y alcanzar un lenguaje propio.
Sus obras iniciales se apoyaron en la hibridación y reinterpretación de estilos históricos, sobre todo de los medievales gótico y mudéjar. Influenciaron notablemente en el artista el libro de Violet Le Duc sobre la arquitectura francesa de los siglos XI al XVI y los escritos teóricos de Ruskin, quien predicó en 1853 que el ornamento era el origen de la arquitectura, despertando el gusto por las formas caprichosas y por los juegos ornamentales que darían origen al Art Nouveau.
Una de las constantes de su obra es el amor a la Naturaleza. En las formas vivas, vegetales o animales, encontró una fuente de inspiración, que quedará reflejada en el uso de piedras de construcción curvas y formas orgánicas.
La exposición universal de París de 1878 supuso el principio de su fama, allí conoció a uno de sus mejores amigos, Eusebio Güell, su principal mecenas junto con la burguesía y el mundo eclesiástico.
En la obra de Gaudí se puede hablar de dos etapas. Una primera historicista que va desde 1883, fecha en la que ya empieza a trabajar en la Sagrada Familia, hasta 1900. La primera construcción es la Casa Vicens, de estilo hispanoárabe, realizada con abundante azulejería y con atrevidos mocárabes en sus techumbres. Siguiendo una estética gótica realizó el Palacio Güell (1886-91), el Colegio Teresiano (1888-90), elPalacio Episcopal de Astorga y la Casa de Los Botines en León.
Entre 1898 y 1904, dos construcciones marcan un cambio en su estética avanzándonos lo que será la fase posterior, Bellesguard (Bella Vista) y la Casa Calvet. Bellesguard, plasma un gótico de ensoñación que se funde con el paisaje que le rodea y la Casa Calvet muestra a un Gaudí preocupado por los patios interiores y por las formas orgánicas de los muebles diseñados para su decoración.
Desde 1900 hasta 1917 se produce la segunda y gran etapa de la obra gaudiniana. Es el período de las construcciones más atrevidas, más modernas y más personales. En el Parque Güell, se evidencian sus inquietudes por los valores arquitectónicos y estéticos de carácter libre y de gran fuerza cromática.
En la Casa Batlló (1904-1906), el modernismo de Gaudí alcanza su plenitud. Lo que en principio era una simple reforma de un edificio ya construido, dio la oportunidad a Gaudí de crear una de sus obras más poéticas. La fachada, ondulada verticalmente, está revestida de fragmentos de vidrio y cerámica de diferentes colores. El propio Gaudí fue indicando a los operarios, desde la calle, la distribución de los diferentes fragmentos y colores. La parte baja del edificio fue sustituida por unas formas ondulantes talladas en piedra, que integran los balcones, y en los que se ven unas delicadas columnas con temas florales. En los detalles decorativos demuestra que es al mismo tiempo arquitecto, decorador y genial escultor.
Desde 1917 y hasta 1926, año en que Gaudí murió atropellado por un tranvía, dedicó todos sus esfuerzos al gran templo de La Sagrada Familia. Las obras progresaron muy lentamente, desde 1883 a 1891 se realizó la cripta, en 1893 se cerró el ábside y hasta 1925 no se finalizó la primera de las cuatro torres que debían completar la fachada del Nacimiento. La Sagrada Familia, su obra inconclusa, es inclasificable. Tomó elementos y estructuras del pasado, pero sobre todo dejó rienda suelta a su imaginación para crear un monumento tan lleno de personalidad que hoy es símbolo de Barcelona.
Fuente: Arte España
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