viernes, 16 de septiembre de 2011

De eso…no se habla!! Los secretos ¿protegen o destruyen? de Graciela Esponda



Mitos y secretos…en una familia Que pasa cuando ocultamos la verdad…El secreto, esa verdad mezquina y cocida a punto, suele amordazar a la mejor de las intenciones para batirse a duelo con la duda. Así de mal se llevan el silencio del que calla y la sospecha de quien intuye. La muerte de un familiar, la locura de otro, el suicidio de un amigo... esos pactos de silencio que se entablan en las familias y que se arrastran de generación en generación. Pero ¿qué pasa cuando la olla se destapa? ¿Se puede reconstruir la relación familiar? ¿Cómo volver a crear confianza en un ambiente en el que la verdad se ocultó por mucho tiempo? 

No hay familias sin secretos. Hay secretos placenteros que tienen un tiempo limitado y que tienen como objetivo la sorpresa, como por ejemplo una fiesta de cumpleaños. En cambio, hay secretos nocivos que envenenan nuestras relaciones: tratar de ocultar que una hija o un hijo son adoptados, el suicidio de una madre o un padre, el caso de los padres que tienen planeado su futuro divorcio y actúan como si los hijos ´no lo supieran. También existen los secretos peligrosos, en los que está en juego la violencia, como por ejemplo, las mujeres golpeadas que no cuentan sus angustias y ocultan esas situaciones terribles por miedo a que su agresor tome represalias.
De eso no se habla

"Hay hechos que se ocultan porque la mente no tolera el sufrimiento. Por eso se generan 'pactos de desmentida', es decir cómplices alianzas inconscientes entre los integrantes de la familia, donde se niega todo."

Los secretos –que esconden vergüenzas matan la posibilidad de ser uno mismo y tienen efectos traumáticos. Son fuente de malestar, conductas extrañas y enfermedades como depresiones, ataques de pánico, psicosis, síndrome de atención dispersa, obsesiones, trastornos de personalidad y aprendizaje. También pueden ocasionar enfermedades crónicas y graves –como asma, psoriasis, problemas gastrointestinales, estrabismo, cáncer, enfermedades mentales y dificultar las relaciones de pareja, familiares y laborales.

Los chicos que conviven con un secreto pueden sufrir rigidez de pensamiento y hasta tener malos desempeños en la escuela porque se prohíben aprender.

Los padres son los que deberían hablar de los secretos familiares con sus hijos. Desde los tres hasta los cinco años, los niños suelen iniciar preguntas acerca de la familia, los nacimientos, etc. Este es el momento óptimo para hablarlo, es importante no demorar o retrasar las respuestas a épocas como la adolescencia donde surgen conflictos típicos de esta etapa del desarrollo. Para esto es necesario que como adultos propiciemos y apuntalemos las preguntas que develan los secretos u ocultamientos.

El proceso de planear un secreto, guardarlo y eventualmente revelarlo, puede determinar la vida entera de una familia. Los secretos familiares modelan y cambian relaciones extraordinariamente importantes en nuestra vida. Merecen todo nuestro cuidado y atención para que lleguen a cumplir un papel constructivo en la calidad de vida individual y familiar.

Dicen que el alma pesa 23grs….y el silencio de un secreto?

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