Tras todas mis batallas perdidas y ganadas, bajo los
labios negros que me estaban besando cada noche, por sobre las colinas que me
cegaban la vista. Aun así pude sacar la saeta que tanto me molestó, saqué todo
el fuego que me estaba volviendo cenizas el corazón, no pude ya contenerlo,
tuve que hacerlo. Y no es nada malo debo admitir, por que fue como las
películas de terror en donde el hombre lobo se le tiene que matar con balas de
plata, en mi caso fue casi similar, a mi me trataron de disparar muchas veces,
pudieron darme una o tal vez dos, quizás tenga otra pero aun no la he visto; el
caso es que, no importa cuantas den, importa cuantas pueda quitarme, mis balas
fueron de un mineral diamantino, de color provocativo, que a mi simple vista,
era inofensivo. Creo que jamás quiero volver a tener tal instrumento de batalla
en mi corazón, ya que me basto sólo un año para tenerlo, solo uno... ni uno
más. Este es mi escrito color púrpura como los lazos que me estaban atando la
cabeza; llego un momento en donde ni el té ni la lluvia me habían deleitado, ya
no sentía ninguna emoción, ningún amor a la vida, llegué incluso a pensar que
no valía, pero en realidad son minucias que uno llega a tener en todo sentido
de palabra, consiente o no de mis facultades mentales, el barco, mi barco, lo
dirigí a el ojo del cíclope perdiéndome bajo sus negros mantos y azulados
terciopelos, bajo esos mechones que le caían de todos los colores pero
sobresalía el rojo carmesí. Un barco sin timón es igual que una vida sin metas,
al mío en cambio, tenía solo la mitad, pero ya encontré la otra, ahora puedo
deleitarme en lo que me agrada y deja de agradar, vivir la vida como es debido,
sin embargo las experiencias, las cosas que uno llega a vivir, sean buenas o
malas, a veces, solo a veces no sirven de nada. Dejar algo que te duele, algo
que te incendia de nuevo, sirve de mucho, será como una herida ya que la
tendrás por un tiempo , ardiendo, haciéndose tejido costroso, pero al final,
valdrá la pena dejar sanar la piel. Estando yo en estado provocativo, entonces
decidí que era mejor cortarme los conductos de oxígeno, el cual estaba lleno de
aire toxico, me he desangrado, la vida se ha congelado. Me agrada que aun siga
viva para comentarlo, no es fácil dejar ir algo de lo cual se nació, en donde
la galaxia máxima era un cumulo perfecto de amor. Sometida a la realidad, tomé
mis tijeras y resuelta a terminar mis penas, corte los lazos que me ataron
durante mucho, que bajo mis párpados cansados , morados como lazos, llenos de
venas, llenos de telones como telas suaves; en resumen, me he liberado de los
demonios que me arrastraban al infierno ( literal ), ahora he salido de esa
agonía singular, sobre mis manos comprimí todo, y ahora puedo ser una artista
de verdad, por que no importa la edad o el sexo, no importa ya más, ahora solo
quiero sobre mis letras descansar.
Sí, ahora tengo una nueva vida, y quiero ser feliz por
toda la eternidad (:
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