Por Lorraine Ladish, Guía de About.com
Cuando tus hijos cumplen alrededor de 10 años posiblemente encuentres que es más difícil comunicarte con ellos. Han entrado en la fase de los tweens, que es entre los 9 y los 12 años de edad. A partir de los 13, ya son teens, o adolescentes.
Los tweens no son niños chiquitos pero tampoco son adultos, y están siempre en evolución, cuestionando su identidad y redescubriéndose cada día.
Si antes te llamaban mami, o en inglés mommy, quizá prefieran llamarte mamá o mom,porque les resulte infantil utilizar apelativos cariñosos delante de otras personas.
Además, preferirán pasar más tiempo con sus amigos antes que contigo, lo cual a algunas madres les duele. Es, sin embargo, saludable que hablen con amigos y amigas de su edad, y que se vayan independizando de ti. Al mismo tiempo, debes estar ahí para ellos, sin sobre protegerlos tampoco.
Hay algunos momentos del día en que es más fácil que tus hijos se abran a ti, por lo que es importante que los tengas en cuenta para aprovecharlos:
- Los trayectos en auto: Ya sea un viaje de larga distancia para llevarlos con su papá si estás divorciada, o simplemente el trayecto hasta la escuela, el auto es un lugar estupendo para comunicarte con tus hijos. Acostúmbralos a no utilizar juguetes electrónicos y que el auto sea un lugar para conversar o escuchar música. En el auto tienes toda su atención, no se pueden mover del sitio, y sobre todo si el trayecto es largo, tienes una gran oportunidad para conversar con tus pequeños.
- La hora de dormir: Aunque tu hijo ya sepa leer él solo, nunca es demasiado mayor para que tú te tumbes a leer junto a él o incluso leerle en voz alta un par de páginas de un libro. Cuando apaguéis la luz, procura de cuando en cuando pasar un rato junto a tu hijo antes de que se duerma. En estos momentos en que está cansado, es más propenso a abrirse y contarte sus preocupaciones o cualquier cosa que le pase por la cabeza.
- Haciendo una actividad juntos: Pasar un día en la playa, jugar al balón o simplemente ir de compras (o a mirar tiendas), también propicia la comunicación. Al estar enfocados en la actividad, los niños bajan sus defensas y tienden a abrirse. Incluso dar un paseo juntos es una buena manera de relajarse y conversar.
Lo que debes evitar en la comunicación con tu tween:
- Acribillarlo a preguntas: Si siente que lo estás interrogando, lo más probable es que se rebele y se cierre. Así no conseguirás que te cuente nada. Si además, estás separada o divorciada, evita preguntarle cosas sobre tu ex.
- Enojarte si no quiere tener una conversación: Si tu hijo no está dispuesto a conversar en un momento determinado, no lo obligues. Ten paciencia y espera el momento propicio. La buena comunicación no se consigue a base de obligar a los demás a hablar cuando no les apetece.
- Recriminarle que no te cuenta nada. Para que tu hijo te cuente cosas de su vida, sus inquietudes y cualquier otra cosa, tienes que ganarte su confianza cada día. En lugar de exigirle que te hable, propicia la conversación de maneras sutiles, como se ha explicado anteriormente.
Si consigues establecer una buena comunicación con tu hijo desde niño, es más probable que cuando sea adolescente, te cuente si tiene un problema. No te enfades cuando te confiese algo, ya que es mejor que te cuente algún error que cometió que el caso contrario: que te lo oculte. Eres su madre, no su amiga, pero serás mejor madre si eres capaz de conseguir que confíe en ti.
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