Audrey Hepburn dijo una vez: “Nada es imposible, la misma palabra dice: “¡soy posible!” (Nota para quien lee esta Afinación traducida al español: la palabra imposible se escribe en inglés: ‘impossible’. Si separamos la sílaba ‘im’ y el resto lo dejamos ‘possible’, se forman palabras que en inglés quieren decir: ‘Soy posible’).
Las cosas que inicialmente pensamos imposibles son por lo general las cosas que nos traerán más bendiciones.
Aquello que pienses que no puedes hacer, no sólo puedes, ¡debes hacerlo!
Existe una cura simple, pero no fácil, para la necesidad.
En lugar de enfocarnos en tomar, deberíamos preguntarnos: “¿Qué tengo para dar?”.
Si estás en un estado de necesidad, has olvidado que lo que tienes para dar es verdaderamente extraordinario.
Tenemos la tendencia a rendirnos frente a nuestras metas cuando no vemos resultados. Algunas personas se rinden cuando no ven un cambio de la noche a la mañana, mientras que para otros puede tomar varios meses llegar a un punto de quiebre.
Nos volvemos más fuertes al aumentar nuestra resistencia y así nos acercamos más a alcanzar nuestras metas. Nos adentramos en la zona de los milagros si persistimos cuando sentimos que no podemos más y estamos listos para arrojar la toalla.
Los grandes líderes de este mundo son aquellos que tuvieron certeza y nunca se dieron por vencidos sólo porque no vieron resultados. Es a través de la resistencia que podemos ver grandes logros.
La grandeza nace a partir de crear hábitos positivos. Nos convertimos en lo que hacemos repetidas veces.
Al cambiar nuestros viejos patrones destructivos por otros productivos, recibimos más energía para crear un cambio aun mayor.
Lo hermoso de escoger hábitos positivos es que sólo se necesita uno para que todo comience.
Yehudá Berg
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