Refugiado en Francia, creó en este país la lotería pública, que funcionó desde 1762 hasta 1836. Obligado a abandonar París tras perder una de sus muchas causas judiciales, recuperó su afición por los viajes y visitó numerosas ciudades europeas. Después de una prolongada estancia en Turín y Trieste, consiguió el perdón y regresó a Venecia en 1774, año hasta el que llegan sus famosas Memorias.
Sobre su vida posterior se sabe, a través de informes de policía firmados por él, que fue agente secreto al servicio de los inquisidores del Estado. En 1782, obligado a huir una vez más de Venecia por sus numerosos litigios judiciales, regresó a Trieste y después se trasladó a París, donde trabó amistad con el conde de Waldstein, quien le instaló con todo lujo y comodidades en su castillo de Dux, Bohemia, y lo nombró bibliotecario.
Allí se dedicó a la escritura e imprimió Historia de mi fuga de las prisiones de Venecia que se conocen con el nombre de los Plomos (1788) y L'Icosameron (1788). Las Memorias de Jacobo Casanova de Seingalt, redactadas en francés, no se imprimieron hasta después de su muerte.
Fuente: Biografías y Vidas
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