En 1846 diseña y patenta la máquina de coser que funciona utilizando dos hilos a los cuales encadena mediante la interacción de la aguja y la lanzadera. Frente al escaso éxito comercial del invento, vende sus derechos en Inglaterra para conseguir dinero para el perfeccionamiento de su aparato.
Al regresar a su país, en medio de dificultades económicas, observa que su invento se impone en el comercio, después de que los derechos de la patente no son respetados.
Abre entonces diversos litigios legales que lo enfrentan, entre otros, a Isaac Merrit Singer. Este último logra desarrollar, a partir del modelo original de Howe, una versión más funcional con brazo expandido que deja espacio a una amplia superficie plana para guiar fácilmente la tela. Posee, además, una aguja vertical que permite hacer costuras curvas.
La empresa que funda Singer con su socio Edward Clarck alcanza una rápida expansión debido, entre otros factores, a la introducción de modernas técnicas de ventas. Incluyen, por ejemplo, el crédito y los pagos a plazos, sistemas que son aplicados en otras áreas y que contribuyen a dar impulso al comercio en general. Howe gana su litigio contra Singer y Clarck en 1854.
Sin embargo, no regresa al negocio de la fabricación de las máquinas sino que recibe, de manera vitalicia, el pago de los derechos de patente por cada máquina de coser vendida en su país.
Fuente: La Biografía
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