martes, 11 de octubre de 2011

Si miro tus ojos (poema de amor)



Si miro tus ojos,
si acerco a tus ojos los míos,
¡oh, cómo leo en ellos retratado todo el pensamiento de mi
      soledad!
Ah, mi desconocida amante a quien día a día estrecho en los
      brazos.
Cuán delicadamente beso despacio, despacísimo,
      secretamente en tu piel
la delicada frontera que de mí te separa.
Piel preciosa, tibia, presentemente dulce, invisiblemente
      cerrada
que tiene la contextura suave, el color, la entrega de la fina
      magnolia.
Su mismo perfume, que parece decir: “Tuya soy, heme
      entregada al ser que adoro
como una hoja leve, apenas resistente, toda aroma bajo sus
      labios frescos”.
Pero no. Yo la beso, a tu piel, finísima, sutil, casi irreal bajo el
      rozar de mi boca,
y te siento del otro lado, inasible, imposible, rehusada,
detrás de tu frontera preciosa, de tu mágica piel inviolable,
separada de mí por tu superficie delicada, por tu severa
      magnolia
cuerpo encerrado débilmente en perfume
que me enloque de distancia y que, envuelto rigurosamente,
como una diosa de mí te aparta, bajo mis labios mortales.
Déjame entonces con mi beso recorrer la secreta cárcel de mi
      vivir,
piel pálida y olorosa, carnalidad de flor, ramo o perfume,
suave carnación que delicadamente te niega,
mientras cierro los ojos, en la tarde extinguiéndose,
ebrio de tus aromas remotos, inalcanzables,
dueño de ese pétalo entero que tu esencia me niega.
Vicente Aleixandre