al caer el ocaso
lo que el día no trajo,
el sabor de unos besos,
un suspiro en el pecho,
unos labios heridos,
el calor de un abrazo.
Puede extrañarse
en un diálogo a solas,
el más hondo silencio,
el cantar de la lluvia,
el romper de las olas,
y del viento el rugido
cuando la tarde moría.
Puede extrañarse
de la luna su aureola,
del cielo una estrella
y tu amor en la aurora
si soy yo quien le pide
a la noche que lleve
con ella mi melancolía.
María Elena Astorquiza V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario