arriba en el cielo
que de madrugada
hacen día mis noches
oscuras y frías.
Hay dos luceros
debajo de tu frente
y sobre mi almohada
que al solo clavarme
con su mirada
encienden en mí
dos rojas hogueras,
una con agua
en mi boca impaciente
que quema ligera
y otra con fuego
que en tibio torrente
inunda mi vientre.
María Elena Astorquiza V.
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