Luego de las fases por la que la persona engañada pasa (shock, negación, enojo, a veces culpa o agresión verbal hacia el otro, tristeza o depresión, asumir o negar responsabilidad), llega el momento de plantearse los pasos a seguir… y si seguir o no con la relación.
Algunos consejos para superar este momento y para decidir si vale la pena perdonar o no:
No preguntes detalles, no vale la pena adentrarse en ese terreno, ni hacerse una imagen mental (o auditiva) de lo que sucedió.
Identifica la causa real del dolor: ¿Te duele el engaño, o hay otra razón mayor que te genera esta infelicidad?
Por ejemplo, sueños rotos, o que la familia o los amigos se hayan enterado y nos dé vergüenza presentarnos ante ellos como “la pobrecita” o “el cornudo”.
La infidelidad es un síntoma de que algo no funciona como debería en la relación. ¿Lo has hablado con tu pareja? ¿Hay cosas que pueden cambiar/mejorar para armar algo bien satisfactorio para los dos?
Olvidar es imposible y te aconsejaría que ni lo intentes. Sería borrar algo que sucedió y negar la realidad, lo que nunca trae consigo buenas consecuencias. Si decides perdonar, deja atrás el hecho, sabiendo que existió, llora, habla con un psicólogo o con tus amistades o familia, pero pon un punto límite, una fecha específica para, a partir de ahí, dejar el pasado atrás y mirar hacia el futuro con otros ojos.
Ten en cuenta que las cosas no volverán a ser como antes, ya que sucedió algo importante. Pueden llegar a ser peores pero también mejores, hay casos de personas que luego de un episodio como éste se dieron cuenta del valor del otro ser y pueden sostener buenos vínculos. Otras prefieren dar vuelta la hoja y marcharse.
La infidelidad es una espina clavada que causa una herida imborrable. No vale la pena quedarse en el resentimiento y en el “por qué a mí”, ya que eso solo te dañará y no te permitirá sacarte esa espina y avanzar hacia la dirección que desees.
De perdonar, hazlo desde el corazón, al 100%. Los perdones a medias no sirven. Además, te sugeriría que dejes bien en claro que será solo UNA vez. Que no habrá lugar para engaños a repetición: te mereces todo el respeto del mundo y volver a tolerar algo semejante es la puerta abierta a que se transforme en un hábito de la pareja.
Fuente: Mejora Emocional
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