lunes, 24 de febrero de 2020

Se quedó...

Se quedó grabada en el iris de su corazón aquella primera vez.

Estaba esperándola en el sitio acordado,
un beso en la mejilla fue su saludo.
Tenían muchas cosas que contarse,
mientras caminaban por aquel lugar.
Poco a poco, sin darse cuenta
la rodeó con su brazo y,
mirándola a los ojos,
ya no hicieron falta palabras,
sólo sintió aquel primer beso
que acarició sus labios adormecidos.

Calles vacías ante sus miradas,
sólo se veían a ellos mismos.
Un café desierto, creyeron,
muchas sonrisas
y alguna caricia a hurtadillas.
Un beso sin pensarlo,
tu asombro ante tal reacción,
desencadena grandes emociones.
El sonido de la vida
les quiere devolver a la realidad.

Retoman el paso
por aquellas calles sin alma.
Sus manos ,ahora quieren
caminar juntas.
El mundo sigue su obra,
mientras ellos se refugian
en el momento.
Seguirán hablando con sus manos,
sonriendo con sus miradas,
amándose entre las sombras.

Maria Glez Méndez


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