y un manto de nubes negras
cubrió el cielo de punta a punta
tiñendo de gris el mar y la arena.
La brisa tibia se tornó en viento
y el viento me llevó el sombrero,
desató la cinta de mis cabellos
y me arremolinó el vestido.
Cómo sabrían el sol y el viento
que hoy no estarías conmigo,
que al sol le dolió tu ausencia
y el viento besó mis piernas
haciéndome sentir contigo.
María Elena Astorquiza V.
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