entremezcladas con la luz de la luna,
adornada por las sonrisas de tus ojos,
abrigada por el manto de tus manos.
Una suave brisa recorre la habitación,
caen las flores,
se desvanecen las rayas
Ya solo queda
tu piel ...
mi piel ...
Noche de versos
escritos en ellas,
de sinfonías,
compuestas por el latir
de dos volcanes en erupción.
Amanecer de calma y sosiego
dos cuerpos entrelazados ...
...
Maria Glez Méndez
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