que robarlo
al cielo porque
tú me lo pidieras,
me sumergiría
sin dudarlo
hasta el fondo
del mar al ocaso
esperando que
viniera a dormir
entre las olas
y así dormido,
en mi tibio regazo
lo escondiera
para llevarlo
esta noche
hasta tus brazos.
María Elena Astorquiza V.
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