en silencio
invitándome
a vivirla
con un beso
de mi boca
sobre tus ojos
dormidos
y me meto
en nuestro lecho
enrollándome
en tu cuerpo
como una paloma
en su nido,
sello tus párpados
con mis labios tibios
y recostándome
sobre tu pecho
te deseo el más dulce
de los sueños,
siempre que
sueñes conmigo.
María Elena Astorquiza V.
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